Nuestros pilares

El clima marca un gran carácter atlántico, basado en la influencia del cantábrico y en la altitud de la finca que proporciona mayores amplitudes térmicas, mejor aireación y mayor frescura.

El suelo aporta la mineralidad a nuestros vinos que los hacen únicos e inimitables, asimismo, los dotan de gran frescura y longitud en boca.

La variedad Hondarrabi Zuri, en este clima y en este suelo, se denota elegante, fresca y frutal, dando como resultado vinos longevos, cargados de matices e inmortales.

Aprovechamos las ventajas de los últimos avances tecnológicos en enología pero trabajamos de forma artesanal, con mínima intervención y sin uso de agentes externos a la uva. Enología lógica.

Estos puntos son los que determinan la personalidad y carácter de los vinos premium.

Suelos y biodiversidad

El suelo de nuestra finca es un suelo granítico con esquistos pizarrosos. Esquistos grises muy erosionados con contenido orgánico medio. Estos suelos marcan las notas varietales de las uvas y aportan notas minerales y elegantes.

Dentro de nuestros objetivos de viticultura están cuidar y mantener un suelo vivo y estructurado para fomentar la biodiversidad de flora y fauna con el fin de que sea una finca sostenible y que la misma naturaleza nos enriquezca.

Para ello dejamos una cubierta vegetal espontánea entre las filas del viñedo, creando un ecosistema equilibrado y con vida. Además de fertilizar naturalmente, nos ayudará a controlar el vigor de nuestra viña y a evitar la erosión del suelo.

Nuestros abonados se hacen naturalmente con el estiércol de las ovejas. Cada año en la época de la pre-poda y poda, nos valemos de las ovejas de los caseríos cercanos para deshierbar y aportar al campo nutrientes.

En la época de poda, incorporamos los sarmientos al campo para que las plantas se nutran de su misma materia.

Los restos de la vendimia siempre vuelven a su ciclo, a la tierra que les rodea, para crear una viticultura sostenible y que los vinos sean respetuosos con el medio ambiente.

Clima y microclima

El clima marca un gran carácter atlántico basado en la influencia del cantábrico y en la altitud de la finca que proporciona mayores amplitudes térmicas, mejor aireación y mayor frescura.

Para expresar un carácter único y mantener el viñedo sano son necesarias todas las operaciones manuales que hacemos en él, por eso visitamos cada cepa continuamente para mantenerlo sano, nutrido y aireado.

Viticultura

La viticultura puede que sea el aspecto más importante para elaborar vinos con alma. Nuestros blancos se elaboran exclusivamente de nuestras propias uvas, que están alrededor de la bodega en parcelas diferenciadas, lo cual permite controlar la calidad de la materia prima al nivel más elevado.

Durante todo el año se cuidan las cepas y el paisaje para garantizar cosechas excelentes. En invierno, se podan las vides para limitar la carga y facilitar el manejo para las operaciones que requiere. Al mismo tiempo, se atan los sarmientos delicadamente y en primavera se desnietan las plantas para minimizar enfermedades, controlar la carga y mejorar la aireación. En verano continuamente se siegan las cubiertas para que el aire fluya entre las filas y antes de la vendimia se deshoja el área de racimos para una mejor insolación y maduración de la piel.

Variedad

La variedad Hondarrabi Zuri, en este clima y en este suelo, se denota elegante, fresca, frutal como es de esperar en un terruño tan especial.

Bosque

Al igual que nos preocupa el bosque que nos rodea, tratamos de proteger la fauna que habita en él como los corzos, ardillas, erizos, buitres, murciélagos, águilas… Durante el verano el viñedo sirve como cobijo para los pájaros locales y el mes de noviembre para las aves migratorias.